martes, 17 de mayo de 2011

AMANECER

Infladas las mejillas
soplaba el viento en la llamita azul
de la mañana
Por la llanura
navegaban
las colinas
Y los árboles prófugos
volaban encendidos como globos
Sonreía
el cascabel del alba
Enredada en la luz
una estrella gemía
rezagada
Pedro Garfias: El ala del sur, 1926

COMENTARIO:

Este poema viene de la epoca vanguardista de Pedro Garfias, concretamente de su primer libro El ala de sur, 1926.

Garfias es uno de los mejores ultraístas españoles. "Se pretende que el ultraísmo -nos dejó dicho el poeta- sea un episodio sin continuidad en nuestra historia literaria. Se lo silencia y se le niega. Y eso es falso e injusto. El ultraísmo fue una realidad positiva y eficaz en una época de anquilosamiento en las letras españolas. Abrió horizonte y marcó rutas. Creó la revista total y puramente literaria, antecesora inmediata de las de hoy. Se batió en las calles y en los Ateneos. Puso a España al día con las corrientes literarias de Europa". Con Larrea y Gerardo Diego, forman la triada creacionista del vanguardismo español. Autor formado en Andalucía, de donde tomará la cosmovisión del paisaje y ese "lastre sentimental" (Bécquer, la copla) que le reprochara Guillermo de Torre.

Pedro Garfias nació en Salamanca el 27 de mayo de 1901, aunque por linaje, arraigo y vocación se le puede considerar andaluz. Ama y siente a Andalucía. "Algún día / Andalucía será / nuestra, como nuestra es / y ya nada importará / el ahora y el después", nos dijo el poeta.

En 1918, Pedro Garfias se traslada a Madrid, para cursar estudios de Derecho que nunca terminó. Desde esa fecha hasta 1921, formó parte del movimiento poético vanguardista más importante de este siglo, el ultraísmo.

Cuando abandona a los ultraístas, funda la revista Horizonte, que en el año de su fundación conseguía publicar trabajos de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Federico García Lorca entre otros.

Desde 1923 a 1933, vive en distintos pueblos andaluces, Ecija, Osuna, Cabra y La Carolina. En 1933 vuelve a instalarse en Madrid. Cuando estalla la guerra es nombrado comisario político de Pozoblanco (Córdoba). En 1937, cuando estaba en Madrid, recibió la noticia de su destitución. Los dos últimos años de la guerra los pasó Garfias entre Valencia y Barcelona. Durante la guerra publica en el periódico Frente Rojo y en la revista Hora de España.

En 1938 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro Poesías de la guerra española. En el tribunal se encontraba don Antonio Machado. En abril de 1939 marcha a Inglaterra donde escribe su libro fundamental Primavera en Eaton Hasting, que según palabras de Dámaso Alonso, es el mejor poema del destierro español. Ese mismo año embarca hacia México. En el barco traba amistad con otro gran poeta español, muerto en el exilio, Juan Rejano.

Pedro Garfias inicia su vida errabunda por todas las ciudades de México. Se sobreponía a su necesidad de alcohol bebiendo más alcohol. Vivía y bebía de sus recitales y conferencias. Sorprendía a todos los auditorios por tan prodigiosa memoria, su forma de recitar, que calaba hasta los huesos, y su bohemia pobreza.

El 9 de agosto de 1967, Pedro Garfias murió en Monterrey (México). Tenía sesenta y seis años de edad, pero parecía más viejo, enormemente viejo, con su andar torpe y un cuerpo lleno de dolores. Pero dentro de su cuerpo ruinoso, su voz purísima de juglar errante: "Perdón pedía a la piedra / y a todas partes llegaba".

martes, 8 de marzo de 2011

Existencialismo


El existencialismo, es un movimiento filosófico con raíces en Sócrates, Pascal y San Agustín, cruza por Nietzche y por Heidegger y entonces, en un vuelco hacia lo netamente literario, se le encuentra en Dostoiewski y Kafka, para desembocar en Camus y Sartre. Para este último, "el hombre es lo que él mismo hace". Así, de la Filosofía pasa a la Literatura que es entrar en el Arte. Pero lo curioso es que, aunque el existencialismo es un término nacido al calor del Siglo XX, su definición puede marchar hacia atrás en el tiempo, como demuestra Karl Jaspers en sus páginas dedicadas a El origen y la meta de la Historia.
Ahora, el mérito mayor de Peñas Bermejo es la búsqueda existencial en los poetas españoles, su ubicación en cuanto a los temas que conforman la existencia plena del hombre, y de nuevo confluyen teorías en el camino de los versos que inducen a una orientación filosófica. No es que los versos sean filosóficos en sí -líbrese de ello el poeta- sino que en descripción subjetiva entrañan toda una filosofía del diario vivir.
Dentro del existencialismo en la poesía pueden destacarse dos poetas españoles de una misma generación: Antonio Machado, el poeta que cultivó la Filosofía y Miguel de Unamuno, el filósofo que cultivó la poesía. Machado es poeta y algo más, Unamuno es algo más y poeta. El orden de los términos, en este caso, al decir de Buesa, "sí altera fundamentalmente el producto".
Unamuno describe estados anímicos como el miedo, la duda, la congoja, el vacío, dentro de las limitaciones humanas: "conócete, mortal, más no del todo". Machado hace lo mismo, pero no a manera de descripción, sino de existencia propia, de vida intensa, de remembranza que hace al pasado un maestro del presente:

Y no es verdad, dolor, yo te conozco,

tú eres nostalgia de la vida buena

y soledad de corazón sombrío,

de barco sin naufragio y sin estrella.

Como perro olvidado que no tiene

huella ni olfato y yerra

por los caminos, sin camino, como

el niño que en la noche de una fiesta

se pierde en el gentío

y el aire polvoriento y las candelas

chispeantes, atónito, y asombra

su corazón de música y de pena,

así voy yo, borracho melancólico,

guitarrista lunático, poeta,

y pobre hombre en sueños

siempre buscando a Dios entre la niebla.


Un capítulo del libro de Peñas Bermejo, "La temporalidad", descubre una rica veta en la poesía española. Miguel Hernández escribe el soneto "Ancianidad" cuando sólo ha vivido 21 años. En el segundo cuarteto dice:

 Un sol es mi mirada para siempre apagado,

es un pozo mi boca que ya sólo hiel bebe,

y es mi frente que orlan blancos copos de nieve,

un barbecho que en surcos mil el tiempo ha labrado.

Para Vicente Aleixandre, la única vida es la juventud, como se desprende de sus Poemas de la consumación. ¿Por qué está convencido el poeta de que aún vive? Simplemente por el movimiento de sus manos, y con el dolor de que nadie escucha a los viejos, exclama que bajo el cielo "no hay sino dolor/ pues hay memoria, y soledad, y olvido".
Manuel Mantero -poeta y crítico español de altos vuelos- es citado con profusión en el libro de Peñas Bermejo, que toma una definición del tiempo aparecida en la obra Poetas españoles de posguerra. "Para que pájaros, hojas o espigas sientan la vida, necesitan el sentimiento de aniquilación y la irrepetibilidad. Paso del tiempo e intuición de la muerte". Se refiere Mantero a un gran poeta, José Hierro, y a su poema "Razón":

Mas el pájaro no es feliz,

ni las hojas, ni las espigas.

Ellos no saben que están vivos

y no encuentro quien se lo diga.

Al final del poema, Hierro concluye con cuatro eneasílabos y una rima de reiteración, que iluminan la conciencia del tiempo en los seres racionales:

Alegría es sentir el alma,

en cada instante, nuestra y viva.

Y es, cuando más se siente el alma,

cuando la llevamos herida.
 
Algo que, con otras palabras, ha dicho el propio Mantero en "Otra ficción":

Nosotros, los vivos, vamos

tejiendo, grotescamente

curvados, nuestra tomiza
seca, amarilla de meses.

La visión que da Francisco J. Peñas Bermejo sobre la poesía española del Siglo XX, al relacionarla con el existencialismo, puede dar muchas respuestas a una inmensa veta de angustia y desazón que fluye de los poetas de su país, y no sólo por motivos intrínsecamente personales. Poetas de su tiempo -o de todos los tiempos- que aunque no escriben libros de historia, suelen ser los primeros historiadores.

martes, 25 de enero de 2011

RESUMEN: La aventura

Doña Ricarda es una chica que sigue su independencia como mujer y solo quiere ser ella misma, pero, su madre y su padre le confirman su noviasgo y su presuro enlace matrimonial con un señor de la zona.
Doña Ricarda al enterarse no dice palabra alguna, hasta que llega uno de sus amigos del campo con los que ella jugaba siendo pequeña y le propuso un favor.
Al día siguiente Doña Ricarda desaparecio traspasando la frontera entre España y Portugal.

miércoles, 19 de enero de 2011

Características del Realismo


Precisa de una observación y descripción precisa de la realidad, describe lo cotidiano, critica la degradación, 
muchos detalles, estilo sencillo y sobrio. 

martes, 18 de enero de 2011

Arte y Música del Realismo

ARTE DEL REALISMO


 Carlos de Haes

Manuel Cervera

José Casado del Alisal
 

 MÚSICA DEL REALISMO

Bizet: Carmen
François Boieldieu: La Madame Blanche
Giacomo Meyerbeer: Robert le diable